sábado, 16 de mayo de 2020

SAN ISIDRO LABRADOR




       San Isidro Labrador.

San Isidro labrador,
muerto lo llevan en un serón.
El serón era de paja,
muerto lo llevan en una caja.
La caja era de pino, 
muerto lo llevan encima un pepino.
El pepino era de carne, 
muerto lo llevan a casa el alcalde.
El alcalde era un borrego,
muerto lo llevan a casa el herrero.
El herrero era un granuja,
muerto lo llevan a casa del cura.
El cura era un patán,
muerto lo llevan al sacristán.
El sacristán era muy pillo,
muerto lo lleva al monaguillo.
El monaguillo como un rayo,
monta al muerto en su caballo.
El caballo a la carrera,
lleva el muerto a la pradera.
Allí muchos labradores,
celebraban una fiesta,
cuando se encuentran al Santo
lo meten en una cesta.
Lo visten de chulapo,
lo cubren con un mantón
y deciden por consenso...
nombrarlo su gran Patrón.
Y aquí se acaba la historia 
de Isidro Labrador.
               Fin.



viernes, 10 de abril de 2020

LA IMAGEN

       



                                     Poesía de Gabriela  Mistral

   

    ¿De qué quiere usted la imagen?
 Preguntó el imaginero:
     Tenemos santos de pino,
     hay imágenes de yeso,
     mire este cristo yacente,
     madera de puro cedro,
     depende de quien la encarga,
     una familia o un templo,
     o si el único objetivo
     es ponerla en un museo.

Déjeme, pues, que le explique 
lo que de verdad deseo.

Yo necesito una imagen 
de Jesús El Galileo,
que refleje su fracaso
intentando un mundo nuevo,
que conmueva las conciencias
y cambie los pensamientos,
yo no la quiero encerrada
en iglesias y conventos.

Ni en casa de una familia
para presidir sus rezos,
no es para llevarla en andas
cargada por costaleros,
yo quiero una imagen viva
de un Jesús Hombre sufriendo,
que ilumine a quien la mire
el corazón y el cerebro.

Que den ganas de bajarlo
de su cruz y del tormento,
y quien contemple esa imagen
no quede mirando un muerto,
ni que con ojos de artista
solo contemple un objeto,
ante el que exclame admirado
¡Qué torturado más bello!

Perdóneme si le digo,
responde el imaginero,
aquí no hallará seguro 
la imagen del Nazareno.

Vaya a buscarla en las calles
entre las gentes sin techo,
en hospicios y hospitales
donde haya gente muriendo,
en los centros de acogida
en que abandonan a viejos,
en el pueblo marginado,
entre los niños hambrientos,
en mujeres maltratadas,
en personas si empleo.

Pero la imagen de Cristo
no la busque en los museos,
no la busque en las estatuas,
en los altares y templos,
no siga en las procesiones
los pasos del Nazareno,
no la busque en la madera,
de bronce de piedra o yeso,
¡mejor busque entre los pobres
su imagen de carne y hueso!
                            
                        Gabriela Mistral.