Este verano, como cada año, he pasado unos días en mi pequeño pueblo Olvés ( Zaragoza) y nos hemos dedicado ha hacer excursiones por los alrededores de la comarca visitando pequeños pueblos, algunos deshabitados.
Uno de esos míticos pueblos lo encontramos muy cerca del mio, se llama Pardos y en los años 90 fue noticia en varios medios de comunicación( TV, El Periódico de Aragón, Interviu) debido a que un singular personaje, vivió varios años en el pueblo después de que hubiera quedado vacío.
Los últimos pardeños dejaron el pueblo en 1980.
Pocos años después el archiduque de Austria Hugo de Hamburgo, se encontraba pasando una temporada en el Monasterio de Piedra y le informaron que había un pueblo abandonado muy cerca de allí, él iba buscando un retiro espiritual, fue a visitarlo, le gustó y se quedó unos cuantos años viviendo en el.
El último vecino que vivió en Pardos, le dejó la casa y un huerto cercano, alguien le regaló una cabra y con la leche y lo que cultivaba del huerto, era suficiente para vivir, pues este señor era vegetariano. También hay que decir que tenía el respaldo económico de la familia, aunque según todas las informaciones nunca necesitó.
Cuarenta viviendas componían este pueblo, pedanía de Abanto, situado en la embocadura de un barranco que forma el arroyo Trescastillo entre medias de un farallón rocoso y el arroyo de la Veguilla.
Los principales cultivos eran trigo, cebada y centeno y en sus campos y montes pastaban rebaños de ovejas y cabras, de las que se hacía un exquisito queso de cabra para consumo y venta en Munébrega y Olvés, así como los corderos, que se llevaban a Abanto para venderlos a carniceros llegados de Calatayud y Calamocha. En sus montes también era muy abundante la caza de perdices, liebres y conejos, pero sobre todo sus carrascas de las que se extraía la leña para consumo propio y vender a pueblos como Abanto, Monterde y Munébrega que andaban mas escasos de ella.
Paseando por las calles abandonadas de este pequeño pueblo, no pude por menos que sentir nostalgia, pues de niña alguna vez había ido a fiestas por el camino montada en un borrico, pues mi abuela tenía una parienta que estaba casada allí y desde luego, todavía se me hace la boca agua, recordando el sabor de esos quesos tan exquisitos que aun perduran en mi memoria.
La falta de una carretera que nunca llegó, a pesar de que en dos ocasiones estuvo señalada, fue el factor fundamental para su despoblación.
He aquí unas cuantas fotos de ese pequeño pueblo
En la actualidad un grupo de personas intenta sacar a Pardos del olvido y han creado la Asociación de Amigos de Pardos para luchar por mantener vivo el espíritu del pueblo.Todos los pardeños se reunen el mes de junio en la restaurada ermita de San Antón y allí celebran una misa y una comida de confraternización
Visitando el pueblo me han venido a la memoria unos versos de José Antonio Labordeta, precisamente dedicados a los pueblos abandonados.
Al aire van los recuerdos
y a los ríos las nostalgias,
a los barrancos hirientes
van las piedras de tus casas.
¿Quién te cerrara los ojos
tierra, cuando estés callada?
En los muros crece yedra
y en las plazas no hay solanas,
contra la lluvia y el viento
se golpean las ventanas.
¿Quién te cerrara los ojos
tierra, cuando estés callada?
Solo quedan cementerios
con las tumbas amorradas,
a una tierra que los muertos
siguen teniendo por suya.
¿Quién te cerrara los ojos
tierra, cuando estés callada?
Fotos de Sandra y de internet