Ayer día doce comenzamos las clases después del parón Navideño. Ya tenía ganas, me lo paso genial con las compañeras somos un grupo muy bien avenido, nunca me canso de decirlo, pero es que és cierto, se me pasan las dos horas sin apenas darme cuenta. Luego me pongo con los deberes y como soy muy curiosa...buscando información se me pasa el tiempo volando, a veces me olvido que tengo que hacer la cena. Pero es que esto de las nuevas tecnologías me tienen asombrada. Yo entiendo que he llegado demasiado tarde y que todo esto me desborda, pero es tan interesante... pulsar una tecla y preguntar todo aquello que te interesa saber sin importar lugar, época o situación en la que te halles y al segundo, tienes la respuesta con toda clase de detalles. En fin... tengo claro que el desfase generacional es insalvable y que nunca llegaré a dominar esto de las redes sociales, pero también tengo claro que hoy día si no lo intentas...entonces si que acabas desfasada por completo. Por eso procuro aplicarme, pues mi meta es llegar utilizar el ordenador para lo más básico de la vida cotidiana. ¿Lo lograré? eso espero. He de decir que todo esto se debido a que tenemos un profesor que es estupendo y hace que las clases sean una delicia.
Bueno ya estamos en el 2017... Bienvenido sea. Yo tengo la esperanza de que sea un poco mejor que el 2016, aunque para ser sincera, yo personalmente no me puedo quejar. Pero estoy en este planeta... y las cosas que en el pasan me atañen y me indignan como a cualquier persona con un poco de sensibilidad. Son tan tremendas las imágenes que cada día vemos y escuchamos en prensa, radio y TV, que a veces pienso que ya no nos queda capacidad de reacción, es como si la polución que se respira en el ambiente llevase algún tipo de gas narcotizante que nos va haciendo inmunes a todo lo que pasa a nuestro alrededor. Decimos que no podemos hacer nada, que esto es cosa de los gobernantes, pero no es cierto, el auténtico poder lo tiene el pueblo porque nosotros con nuestros votos, somos los que les proporcionamos las herramientas para que cambien las cosas. ¿Porqué no lo hacemos? lo dicho... parece que estemos aducidos y no seamos capaces de ver lo que tenemos ante nuestros ojos, en consecuencia seguimos votando a los de siempre y claro... así las cosas no cambian, sino que van a peor. Llevamos una semana del nuevo año y mis esperanzas de que se arregle algo son totalmente nulas. Reconozco que ahora yo soy la primera que ante la impotencia que siento, hago como el avestruz, meto la cabeza debajo del ala y paso de ver calamidades en la tele, me pongo a leer o escucho música y pienso... el tiempo ya dirá.