sábado, 15 de marzo de 2014

CUANDO YO ME VAYA


Cuando yo me vaya,
               no quiero que llores,
quédate en silencio,
               sin decir palabras
y vive recuerdos,
reconforta el alma.



Cuando yo me duerma,
respeta mi sueño,
por algo me duermo;
por algo me he ido.
                                                         
                                                                                                      
                                Si sientes mi ausencia,
no pronuncies nada
y casi en el aire,
con paso muy frío,

búscame en mi casa,
búscame en mis libros,
búscame en mis cartas
y entre mis papeles
que he escrito apurada.

Ponte mis camisas, mi sweter,
mi abrigo y puedes usar
todos mis zapatos.


Te presto mi cuarto, mi almohada,
mi cama, y cuando haga frío,
ponte mis bufandas.
                                                                                                                          Te puedes comer todo el chocolate y beberte el vino que dejé guardado.
Escucha este tema
que a mi me gustaba,
usa mi perfume
y riega mis plantas.


Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima,
corre hacia el espacio, libera tu alma,
palpa la poesía, la música, el canto
y deja que el viento 
juegue con tu cara.


Si me extrañas mucho,
disimula al acto,
búscame en los niños,
el café, la radio
y en el sitio ese 
donde me ocultaba.


No pronuncies nunca
la palabra muerte.
A veces, es mas triste
vivir olvidado
que morir mil veces
y ser recordado.



Cuando yo me duerma
no me lleves flores
a una tumba amarga.
                                                         


Grita con la fuerza
 de toda tu entraña  
que el mundo está vivo
y sigue su marcha.





La llama encendida
no se va a apagar
por el simple hecho
de que no esté más.



Los hombres que "viven"
no se mueren nunca,
se duermen a ratos,
a ratos pequeños, 
y el sueño infinito
es solo una excusa.


                  

Cuando yo me vaya, extiende tu mano,
y estarás conmigo sellada en contacto, aunque no me veas
 y aunque no me palpes, 
sabrás que por siempre estaré a tu lado.


Entonces un día,
sonriente y vibrante, 
sabrás que volví
para no marcharme. 







Preciosa poesía... o al menos a mi me lo parece.

La encontré por casualidad, el autor es: Carlos Alberto Bologlio, las fotos que son todas de internet, yo me he limitado a hacer un poco de montaje.


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