La literatura está de luto señores, Gabo, tu pérdida nos parte el corazón.
Macondo siempre será un lugar imaginario y, como tal, refugio de lo que se puede hacer juntando palabras.
Quiero creer que Melquiades seguirá a lo suyo, esta vez acompañado por Gabo pues yendo y viniendo de los sitios es la única manera de que se sepa.
Otros cien años habrán de pasar, un siglo de luces y sombras en que los miembros de la familia Buendía serán leídos, pero ahora no volverá a haber quien los escriba.
Lo único que me duele de morir es que no sea de amor.
Gabriel García Márquez
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